Puede que ahora se disfracen con millones de colores alegres y se olviden del negro. Puede que cambien su sonido, o que les conozca más gente y se hayan querido alejar de la etiqueta de emos que colgaba de sus chaquetas de múltiples botones. Pero nunca podrán olvidar de dónde vienen. Y sus orígenes están precisamente en este I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love, que salió hace nada más y nada menos que una década y que fue el comienzo de la MCRmy (de este modo es como los fans de este grupo se definen a sí mismos).
My Chemical Romance siguen vivos 10 años después de sus inicios. Este cuarteto de New Jersey está formado por los hermanos Gerard y Mikey Way (cantante y bajista) y otros dos guitarristas, Ray Toro y Frank Iero, que se conocen desde que tienen memoria. Han ido variando el batería por cuestiones de contratos, e incluso de robos, como les pasó en el último tour el verano pasado, en el que pillaron a Michael Pedicone con las manos en la masa mangando descaradamente entre los instrumentos de la banda.
En 2001 les dio por juntarse para hacer música, y sólo tres meses después ya tenían en el mercado el disco que conmemoramos hoy, I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love. Fue un comienzo discreto, pero que les valió un contrato para una discográfica internacional que hizo posible la publicación de Three Cheers for Sweet Revenge, un auténtico discazo de principio a fin. Apareció en 2004, y es a partir de entonces cuando muchos de los que nos sentimos orgullosos de pertenecer a la MCRmy conocimos a este grupo. El disco fue un bombazo en norteamérica, y algunas de sus canciones se filtraron vía internet e incluso el canal de música MTV (cuando aún ponía música y videoclips) a este lado del charco.
Un par de años después, concretamente en 2006, empezó el desfile. The Black Parade les lanzó a la fama de manera internacional. Vestidos de negro, con tachuelas y caras pálidas, ojeras y el pelo rubio, millones de chavales siguieron su estilo durante los mejores años que los pantalones pitillo han tenido después de los 80s. Temazos dedicados a la quimioterapia y al cáncer, junto con otros más sentimentales como decir que ya no te quiero como te amaba ayer. En general, un disco que les llevó muy lejos con The Black Parade Is Dead, y que les consagró como una de esas bandas a las que seguir la pista en el futuro.
Su cuarto disco vino lleno de arañas y pistolas que disparan rayos láser. Siempre intentando luchar contra el mal, en Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys se encuentran los temas más electrónicos de este grupo. A muchos fans les ha escocido bastante dicho cambio, pero también hay que pensar que no se puede estar escuchando siempre a un tío lamentarse sobre su vida, sino que hay también que alegrarse cuando le apetece cantar algunas cosas más alegres.
Y así llegamos hasta hoy. Las malas lenguas dicen que los de New Jersey se encuentran actualmente preparando el que será su quinto disco de estudio, y eso es lo que esperamos ansiosamente. Mientras tanto, no podemos parar de echar la vista atrás para recordar y hacer hoy un sentido homenaje a esa banda que nos ha visto y hecho crecer a lo largo de esta década. A ese grupo que ha salvado vidas con su música, a pesar de las paridas que se han soltado en los medios acerca de sus fans. A los cuatro chavales encabezados por Gerard Way que, queriendo ser siempre jóvenes y no crecer nunca, han formado parte de los recuerdos y la banda sonora personal de la vida de aquellos que pertenecemos a la MCRmy.