Esta es la crónica de un éxito anunciado. Rulo y la Contrabanda volvÃan anoche a Madrid para ofrecer su segundo concierto en la capital dentro de la gira «Especies en Extinción«. Una masa muy heterogénea de gente esperaba al cántabro coreando su nombre cuando, de pronto… Ahà estaba él, con sus 20 años de rock a la espalda, suficientes para levantar al público antes incluso de emitir un «hola».
El espectáculo empezó con «A Punto de Colapsar» y a partir de entonces, Rulo mezcló temas del primer y el segundo disco de su grupo y también alguno que otro escrito durante sus muchos años en La Fuga. Especial mención merece su interpretación de «Madrid», solo en el escenario y con el único acompañamiento de su guitarra. Tampoco podÃa faltar «P’aquà p’allá», con la que, ya de nuevo con su «contrabanda», hizo saltar a todo el público de La Riviera.
Su actual disco sonó casi al completo, con los fans coreando sin descanso «El Prota», «Divididos», «Mi Pequeña Cicatriz», «Al Infinito», «El Mejor Veneno» o «Buscando el Mar». Con «La Flor», Rulo desapareció de escena unos segundos para acto seguido plantarse en el escenario con unas flores blancas que comenzó a lanzar hacia el público. Otra de las sorpresas que dio fue la magistral interpretación de «Esperando el Anticiclón», tema disponible en iTunes pero que no aparece en el CD.
De su exitoso primer álbum, no podÃan faltar «Mi Cenicienta», «Fauna Rara», «Como Venecia Sin Agua» o «La Cabecita Loca». Rulo colaba entre canciones algún que otro «¡Gracias cabronazos!», comentarios sobre lo que supone tocar en Madrid y alguna que otra referencia a la situación polÃtica. Antes de entonar «Como A Veces Lo Hice Yo», en un entrañable momento, explicó que está dedicada a su hija, de 5 años. Más tarde, con «Heridas del Rock & Roll», dejó que el público cantara un par de estrofas sin su ayuda para después, rendirse emocionado ante su gente.
Tuvieron tiempo también de disfrazarse con gorros vikingos los chicos de la banda y con cuernos y capa de diablillo el cantante, y reservaban además, una sorpresa para el final. Tras la última canción, desaparecieron y nos dejaron con un grupo de mariachis que cantó «El Vals del Adiós». Rulo y los demás volvieron entonces, copa en mano, para brindar con el público, hacerse fotos y disfrutar de una merecida celebración.
Nos dejaron con ganas de más, con muchÃsimas ganas de más, y soñando ya con su vuelta a la capital.
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