Cuando llevas desde los 17 años en la industria de la música y de repente te da el punto y a tu quinto disco de estudio le llamas con tu nombre artÃstico, «Avril Lavigne«, eso tiene que significar algo gordo. Quizás se trate del álbum más personal, o con el que te has sentido más segura grabando, o algo similar. O, simplemente, las letras definen tu estilo de vida en ese momento. Eso es básicamente lo que le ha pasado a la canadiense esta vez.
Tras petarlo con su primer disco cuando era una crÃa, «Let Go», que vio la luz en 2002, puede que todo se te suba a la cabeza y que cambies las zapatillas Converse por tacones de aguja y de repente te sientas una princesa Disney más. Si después sacas un segundo disco y confirmas toda la fama que habÃas ganado con el primero, como pasó con «Under My Skin», de 2004 y más tarde con «The Best Damn Thing» en 2007, puedes permitirte cualquier cosa. Incluso casarte con el cantante de Sum 41, dejarle y luego volverte a casar con el de Nickelback. Y aguantar el tirón con «Goodbye Lullaby» en 2011. Y sacar un disco homónimo para que los que te quieren te amen más y los que ya te odian intensifiquen dicho sentimiento.
Y asà llegamos hasta hoy, cuando Avril Lavigne acaba de subir a Youtube el segundo single de presentación de su quinto disco, que saldrá a la venta el próximo 5 de noviembre. Llena de tatuajes, con el pelo rosa y vestida de camuflaje, hace incluso un guiño a una de sus primeras canciones, «Sk8r Boi«, cuando alguien le llama y ella tiene, como todo el mundo claramente, el móvil de una conocidÃsima marca de terminales metido en agua. Publicidad a saco. Luego empieza la canción, y puedes continuar la historia con el vÃdeo que se encuentra a continuación.
Un rollo Ke$ha. Eso es lo que se gasta la de Ontario en el videoclip de «Rock N Roll«, que comienza de una manera lamentable, como ya hemos comentado, con la publicidad para nada encubierta de una marca de móvil. Pero incluso parece mucho peor lo forzado que actúa esta chica. Cuando por fin empieza la canción, lo hace al estilo cómic. Entonces está en un restaurante con una chica y, después de arreglar el modelito de otra muchacha que pasaba por allÃ, escapa con su amiga.
Total, que hay una pelea y ambas se van en un coche que es conducido por un perro. Como no sabe conducir, se dan el piñazo de su vida y el muñeco del perro muerto, por si no fuera poco, tiene que presenciar el beso entre Avril y esa chica. El entierro del pobre can se salda con la resurrección del mismo como guitarra eléctrica del poder. Finalmente, el malo de la historia es un engendro mitad oso, mitad tiburón, que muere gracias a que la guitarra tiene una sierra en un lateral. Todo muy lógico. Sublimemente estúpido. Por cierto, pretendÃa ser sarcástico.