No me preguntéis por qué, pero ayer estuve en el pase de prensa de la nueva película que dicen que es para niños titulada «Percy Jackson y el mar de los monstruos» y, aparte de que tiene más fallos de guión que una escopeta de feria, desde los primeros cinco minutos ya me extrañó algo. Si me permitís un consejo de colegueo, no os gastéis la pasta que vale ir al cine por esta película, y menos si váis a verla en 3D porque es mucho más cara. Invitad a vuestros amigos a unas cañas o algo. Y no llevéis a vuestros críos a ver semejante copia barata de Harry Potter.
Bueno, a lo que vamos. La peli empieza con mucho movimiento y tal. Los dólares que se han gastado en mandar la cinta una vez rodada a Pakistán para que convirtiesen la imagen en 3D parece que han merecido la pena. Aunque sólo a veces. La acción comienza cuando están como en una gymkhana (contar esto no supone para nada un spoiler porque no tiene ningún peso argumental en el film) y empieza a sonar una música conocida.
Sí, amigos. «My Songs Know What You Did in the Dark (Light ‘Em Up)», de Fall Out Boy, ameniza una peli para niños. Cuando comenzaron los primeros versos, la verdad es que esperaba que en las siguientes escenas las imágenes que iban a continuación tuvieran alguna canción similar. Pero no. Se podría decir que ese tema compone la única banda sonora de la peli. Perfecto.
¿Por qué vender una canción de esta manera? Y sobre todo, ¿por qué sacar ese single como el primero del mismo cuando ya desde la primera vez que escuchas el disco te das cuenta de que es una de sus peores canciones? Para redimirnos un poco de todo esto, podemos escuchar «The Phoenix», el track que abre el disco y que es un auténtico temazo.
Parece que ya nos habíamos acostumbrado a que las películas que pretenden ser de las más taquilleras incluyan en su BSO algún tema que ya es conocido por el público. En este caso lo que choca no es tanto el momento elegido para poner la música, que es nada más empezar la peli, sino también que el público objetivo del film y de Fall Out Boy no es que sean totalmente opuestos, pero sí que son bastante diferentes. Quizás buscaban que los más pequeños de la casa conocieran esa canción para volver a los tiempos en los que las niñas forraran sus carpetas con las fotos de Pete Wentz, pero aún