Cuatro noches, que se dice pronto, llenó Leiva la popular sala La Riviera la semana pasada. «Un puto escándalo«, como él mismo dijo en Twitter, emocionado por la rapidez con la que se iban agotando las entradas en cada una de las fechas. Y esto no ocurrió sólo en su ciudad natal… El músico ha logrado el ansiado «Sold Out» en prácticamente todas las ciudades de la gira.
Nosotros conseguimos entradas para el tercer día de concierto en la capital. Llegamos a las 19:45 y hacia las 20:00, comenzaron a tocar Los Zigarros, teloneros en estas cuatro presentaciones de lujo. Ovidi estuvo fantástico y calentó el ánimo en La Riviera para lo que venía después. El grupo, con un carisma alucinante, sorprendió a los que no los conocían y a otros nos reconquistó totalmente.
Pasadas las 9, llegaba el momento de Leiva. Comenzó con «Los Cantantes» e interpretó varios temas antes de hacer un alto en el camino para dar las buenas noches a los madrileños. Tuvo además el bonito detalle de dedicar un par de minutos a agradecer que hubiéramos comprado una entrada para ver a la Leiband con los tiempos que corren. Intercaló canciones de «Pólvora», como «Palomas», «Afuera en la Ciudad», «Cerca» o la que da título al disco con otras de sus tiempos «perezosos» como «Animales», «Windsor» o «Superhermanas».
Dedicó bonitas palabras a todos sus compañeros de faena y quiso recordar a Kurt Cobain en su aniversario. Nos gustó, y mucho, el buen rollo que desprendió durante toda la actuación y su forma de interactuar con la banda. No nos gustan los conciertos serios en los que queda claro que se toca porque hay que hacerlo sino esos en los que el cantante disfruta con lo que está haciendo, lo siente y lo transmite. Leiva es de esos, sin duda. No es que viva la música, es que ÉL es la música.
Dejó para la traca final la emotiva «Vis a Vis», el hit «Terriblemente Cruel» y el regalo perfecto para los madrileños, «Lady Madrid». Para la próxima, esperamos verle en un recinto mucho mayor. Está claro que problema para llenar salas no tiene y sus canciones bien merecen ser coreadas por más de 10.000 personas a la vez.